Con el objetivo de enterrar a su padre en el pueblo donde nació, Daniel
emprende un viaje en un vehículo muy particular, un coche fúnebre,
conducido por un chófer ecuatoriano, pintoresco y charlatán, de la mejor
estirpe cómica. ¿Quién es de verdad Dani Mosca? Quizá, como sostiene él
mismo, es sólo un tipo que hace canciones, sobre todo canciones de
amor. Pero es también el niño que creció en un barrio humilde; que
encontró la amistad más profunda de esa manera accidental en que uno
encuentra las grandes cosas de la vida; que viajó y disfrutó de su
oficio en la música hasta que la tríada clásica de los excesos (sexo,
drogas y rock and roll) desintegró el grupo que había formado con sus
amigos del alma; y cuya vida se sostuvo en un equilibrio precario pero
resistente entre el deseo y la realidad.
Ésta es una novela que a ratos se lee como una canción. Contiene la
visión personal de un tiempo y unos lugares en los que Dani Mosca se
construyó una identidad propia a fuerza de ideales y sueños, y también
de algunos autoengaños y mentiras. Un viaje profundo e intenso, sensible
y directo, donde se perciben las huellas y las cicatrices del paso del
tiempo. David Trueba vuelve a desplegar, bajo una estructura poderosa y
zigzagueante, hecha de hilos que se entrelazan, su prodigioso pulso
narrativo para proyectar una mirad..
Davir Trueba nunca decepciona,,,
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada