Barcelona, a las puertas del Mundial de Sudáfrica. Pista, Retaco, Peludo
y Chusmari viven en la Zona Franca. Tienen entre quince y dieciséis
años, estudian 4.º de la ESO y resuelven sus preguntas existenciales con
porros, mucha música, novias, algo de sexo, bastantes cervezas y el
fútbol como metáfora, aprendizaje, combate
y
sueño. Viven en ese entorno físico, urbano y social de la periferia
barcelonesa cuyo horizonte no es otro que el de las expectativas
defraudadas. Y tratan de meterle un gol a la realidad. Sus padres y
madres sobreviven como pueden: friegan casas, conducen autobuses,
trabajan en una peluquería o venden ropa en los mercadillos. Son esas
gentes, esa inmensa minoría, que salen poco en los periódicos y para los
que la crisis es un llover sobre mojado. Luego los adolescentes crecen,
es decir, unos aprenden a ser peores y otros tratan de que las
desgracias no les aplasten.La inmensa minoría viene a sumarse a esa
magistral estirpe de extraordinarias novelas en las que Barcelona es
paisaje, tiempo, luz, sombra, color y espacio: Los atracadores de Tomás
Salvador, Han matado a un hombre, han roto un paisaje de Francisco
Candel, La plaça del Diamant de Mercè Rodoreda, Las afueras de Luis
Goytisolo, Si te dicen que caí de Juan Marsé o El día del Watusi de
Francisco Casavella.
Un libro que no te dejará indiferente.
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